A la gente que lo hace desde el corazón, que apuesta por sí misma, y que lo hace bien: Todo el equipo del Expreso.
Es hermoso cuando los demás, o cuando nosotros hacemos las cosas lo mejor que sabemos y podemos, y cuando esa manifestación encuentra un camino hacia su propio éxito. Las vías del expreso.
Aumenta nuestra fe en los milagros, y nos hace sentir tranquilos cuando hacemos las cosas sin tener garantías. Un billete solo de ida.
Hay un gran cansancio ante este sistema construido en mentiras, construido en intereses oscuros que van machacando y machacando nuestro espíritu. Pero ahí vamos.
Esta resistencia no se construye desde héroes, sino desde personas, valientes, todas esas personas con sus luces y sus sombras. En ocasiones aparentemente locos, pero todos valientes. Los que vamos en los vagones.
Y es ese valor, y el compromiso que adquieren entre ellos, el que les convierte en héroes. El héroe se va a tener que enfrentar a sus demonios , más allá de los demonios que pueden aparecer desde fuera. Hasta cuándo estás siendo héroe también puedes caerte, también puedes equivocarte, y también puedes sentir un profundo dolor y un gran temor. El maquinista.
Pero el héroe siempre activa su valor, y ese valor le lleva a mirar al miedo a los ojos, y a darse cuenta de que si no lo atraviesa, entonces ya no hay camino, porque el camino nunca es volver atrás. Retroceder nunca, rendirse jamás.
Cuán quemados nos tiene este sistema, cada día más, pero el foco no lo pongamos en el sistema o en los enemigos. El foco mejor en el valor que sigue intacto en cada uno de nosotros. FUERZA Y HONOR.
Gracias por este viaje. 
