Que no se olvide nunca a todos aquellos que habéis permitido que violen vuestros derechos constitucionales y aún así hacíais palmas a la ocho.
A aquellos que claudicaron por el miedo a reunirse con su propia familia.
A aquellos que sabiendo lo que había ‘que no era nada” eran unas putas al servicio de las farmacéuticas para que te pincharas si no por miedo, por cojones.
Enhorabuena a todos aquellos que fuimos denostados, denunciados, amenazados, insultados, que llegaban a decir en tu propio barrio que si no te habías vacunado ibas a traer la muerte a todos.
Mi familia ha sido una familia totalmente defenestrada en mi barrio, nos veían cual leprosos.
A mi me importaba un capullo porque me dan asco, pero no soporto lo que le hicieron a mi madre.
Ahora toca comer palomitas….
HIJOSDEPUTA